Si nos paseamos por determinadas zonas de Madrid nos daremos cuenta de que últimamente han proliferado los comercios de compraventa de oro, y es que en los últimos años se han abierto más de mil comercios de este tipo en la capital de España, fenómeno al que no han permanecido ajenas otras capitales de provincia españolas.
Lo que está claro es que la mala situación económica que estamos viviendo, hace que muchos hogares españoles tengan que recurrir a la venta de las joyas de oro que, cuando se dispone de ellas, son una manera muy rápida y sencilla de conseguir dinero en efectivo para salir de más de un apuro. De hecho, España se ha convertido en el principal exportador europeo de oro de reciclaje.
En este artículo os pretendemos dar algunos consejos y recomendaciones si por cualquier causa tenéis la necesidad de vender algunas de las joyas de oro que tenéis en vuestra casa. Se trata de que no las malvendáis.
Pérdida de valor de las joyas de oro
Al vender nuestras joyas de oro lo primero que debemos saber es que el precio que nos ofrezca por su oro probablemente no cubra la cuarta parte del dinero que pagamos originalmente por ellas. Así, si un collar de oro nos costó ochocientos euros, será complicado conseguir más de doscientos euros si lo vendemos según el peso del oro.
A muchos les parecerá que una pérdida del 75% del valor es demasiado, pero si consideramos que del dinero obtenido, aparte de descontar el margen de ganancia del comercio de compraventa de oro, también debemos restar el margen de la joyería donde compramos la joya (que puede llegar a ser hasta del 50% del precio), el del diseñador de la joya y el del fabricante de la misma, entonces no debe extrañarnos esa diferencia.
Debemos ser conscientes de que el comprador de oro lo compra al peso y que, al tratarse de un mercado libre casi sin ninguna regulación, va a podernos ofrecer el precio que considere oportuno.
Cómo calcular el valor de una joya de oro
Nuestro primer consejo es conocer el valor real de las joyas que queremos vender. En este sentido debemos saber que salvo que alguna joyería muestre interés por el diseño y calidad de manufactura de la joya, ambas características no van a influir en el precio que nos ofrezcan. El valor de la joya dependerá exclusivamente del peso y la calidad del oro (los quilates), ya que la joya será fundida y pasará a formar parte de un lingote de oro.
Conocer el peso será algo sencilla, podremos utilizar una balanza electrónica de las existentes en muchas cocinas. Otro tema es determinar la calidad del oro. En este sentido debemos saber que la mayor parte de las joyas son de oro de 18 quilates (lo que implica que la pureza del oro es del 75%), pero el rango de quilates puede varias desde los 24 quilates (que suele ser la pureza de los lingotes, onzas y monedas de oro, siendo dicha pureza del 99,9%) a los 9 quilates (con tan solo un 37,5% de pureza).
La piezas de oro suelen tener una marca grabada que se denomina contraste y que está constituida por una cifra de tres números y que determina la calidad del oro utilizador en la fabricación de la joya. Estos números identifican los quilates del oro de la siguiente manera:
- 1000 - oro de 24 quilates.
- 750 - oro de 18 quilates.
- 500 - oro de 12 quilates.
- 375 - oro de 9 quilates.
Eso sí, el tamaño de los números del contraste es tan pequeño que necesitaremos un lupa de al menos diez aumentos para poder encontrarlo e identificar los números.
Una vez determinados los quilates y el peso podremos acudir a webs como www.kitco.com donde se puede consultar la cotización del oro de ese día. Obviamente esa cotización sólo la podremos tomar como referencia ya que en ningún comercio de compraventa de oro nos pagarán ese precio, para hacernos una idea sobre el precio real deberemos descontar aproximadamente un 18 por ciento que se corresponde con los beneficios medios que obtienen los compradores de oro.
OJO: en los comercios de compraventa de oro comprobarán la pureza del mismo. Para hacerlo lo que deben hacer es rayar ligeramente la joya sobre una piedra de basalto sobre la que posteriormente añaden un componente químico que al reaccionar con el oro cambia de color y, según sea éste, se pueden determinar los quilates del oro. Es muy importante que la prueba no se haga directamente sobre la joya ya que se quemaría.
Mejor vender a una joyería
A pesar de que los comercios de compraventa de oro se dedican exclusivamente a este negocio, éstos suelen ofrecer precios medios más bajos que las joyerías o los sitios de segunda mano. Además en estos sitios muchas veces no acepta joyas de oro de 9 quilates o las valoran muy por debajo de su precio real.
Las joyerías son las que ofrecen precios más altos y, además, suelen admitir oro de todo tipo de calidad y ser más transparentes en la información que facilitan.
De todas formas, nuestro claro consejo es ofrecer nuestras joyas de oro a varios establecimientos diferentes y comparar el dinero que nos ofrecen. Además, aunque en España no estamos acostumbrados a hacerlo, es muy importante regatear los precios, nos sorprenderá que en ocasiones es posible hasta doblar el precio que nos ofrecieron en primer lugar.
Empeñar las joyas
Si nuestra necesidad de dinero es coyuntural, podemos empeñas nuestras joyas de oro para conseguir un crédito. Nos ofrecerán menos dinero que en una operación de venta pero pasado cierto tiempo podremos recuperar nuestras joyas pagando ciertos intereses por el crédito obtenido.
Si decidimos empeñar nuestras joyas lo más recomendable es acudir a las Cajas de Ahorro o bancos que admitan este tipo de operaciones, donde los plazos de devolución son amplios (hasta de un año con posibilidad de prórroga), los intereses no son tan altos como en una tienda de compraventa o de segunda mano (donde después de un año podemos llegar a tener que pagar hasta tres veces el dinero que nos han prestado), y, además, si no podemos devolver el préstamo, cuando vendan nuestras joyas nos van a pagar la diferencia (es decir, nos abonarán el dinero resultante de restar al precio de venta final, el dinero que nos habían prestado más los intereses).
Fraudes en la compra de oro
Si tomamos la decisión de vender nuestras joyas de oro y queremos evitar que nos timen debemos ser conscientes de que:
- Podemos enfrentarnos a enormes diferencias de precio.
- Los sitios de compraventa de oro no suelen anunciar el precio que pagan por el oro, o como mucho informan sólo del precio del oro de 24 quilates (lo que les permite variar dicho precio dependiendo de cómo reaccionan sus clientes).
- Muchos de estos sitios no se identifican claramente (no hay ningún nombre específico en la fachada del comercio, simplemente aparece el texto “Compraventa de oro”) y muchos no disponen de hoja de reclamaciones, aunque por supuesto están obligados a ello.
- También encontraremos muchos comercios en los que las joyas no se pesan bien, siempre equivocándose a favor del establecimiento. Por eso resulta crucial que las hayamos pesado previamente nosotros.
En nuestra opinión, debería existir una normativa específica para los comercios de compraventa de oro, donde se exigiese un mayor control sobre la precisión de los sistemas de pesaje y se regule adecuadamente la información básica que estos establecimientos deben aportar a los consumidores, así como la actividad propia de los mismos.
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