El rubí, la esmeralda y el zafiro son las únicas tres piedras de colores consideradas como preciosas debido a que cumplen con las tres características que las hacen muy valiosas, su dureza, su escasez y su color. Si una de estas gemas tiene buen tamaño, buen color y carece de imperfecciones, puede llegar a valer igual o más que un diamante de la misma calidad. No podemos considerar que el aguamarina es una piedra preciosa, pues no es tan escasa como una de estas tres gemas anteriormente mencionadas, sin embargo, muy poca gente sabe que un aguamarina en realidad es como una esmeralda pero de distinto color.
El aguamarina es la variedad de color azul verdoso pálido del berilo. El berilo verde se llama esmeralda, el rojo bixbita o esmeralda roja, el azul aguamarina, el rosa morganita, y el blanco goshenita. Otras tonalidades como verde amarillento (heliodoro) o el amarillo miel, también son frecuentes.