¿Se puede fabricar oro? (Alquimistas y alquimia)

La ambición y aspiración de los alquimistas, al menos tal y como la leyenda ha llegado hasta nuestros días, residía en conseguir fabricar una sustancia, la famosa piedra filosofal, que sería capaz de convertir metales vulgares como el plomo en oro. Este proceso de conversión de un elemento químico (en el caso de la alquimia un metal vulgar) en otro (el oro), se conoce técnicamente como transmutación.

Está claro que el oro y el plomo son químicamente substancias o elementos químicos bastante diferentes, y son diferentes porque los átomos que las integran son también diferentes. Si queremos entender un poco mejor estas diferencias, podríamos decir que los átomos de ambas substancias forman sistemas solares con un sol de diferente tamaño (formado por protones y neutrones) y con distinto número de planetas (los llamados electrones).

Pero centrémonos en responder la pregunta, ¿se puede fabricar oro? La respuesta es que sí, el problema es que si queremos convertir un metal, por ejemplo plomo, en oro, se necesita generar una reacción que cambie el "sistema solar" del plomo, convirtiéndolo en el "sistema solar" del oro, con el número de neutrones, protones y electrones que corresponda a este metal precioso.

Por supuesto, este tipo de reacciones no son simples de producir, ya que se tratan de reacciones nucleares, pero sí que es cierto que los científicos cada vez dominan más la técnica y la forma de controlarlas. Por lo tanto, actualmente disponemos de la tecnología y los medios necesarios para convertir metales vulgares en oro (en la foto podéis ver un acelerador de partículas subatómicas que puede ser utilizado, entre otras cosas, para convertir el plomo en oro).

Entonces, si podemos producir oro partiendo de otros metales mucho más baratos, ¿por qué el oro cuesta tanto dinero? La respuesta es muy simple, sencillamente lo que ocurre es que el proceso de transmutación es muy caro, de manera que con el oro fabricado no se llegaría a pagar todo lo que cuesta llevarlo a cabo. Así que, los que estuvieran pensando que habían descubierto una manera de hacerse rico fácilmente, pueden irse desengañando.