El oro se trata de un material que, como sustancia, tiene una serie de propiedades muy interesantes: no se oxida con facilidad, es un gran conductor del calor y la electricidad, es dúctil y maleable permitiendo la fabricación de forma sencilla de láminas o hilos de oro, no reacciona fácilmente con otras sustancias, etcétera. Lo que está claro es que estás características, por si solas, no otorgan ningún valor monetario a este metal precioso.
Lo que ha llevado a hacer que el oro cueste tanto dinero es que todo el mundo ha llegado al acuerdo de que el oro es algo valioso. Resulta evidente que si alguien viene a nuestra casa con una pulsera de oro y nos ofrece hacer un trueque, nosotros estaremos encantados de cambiárselo por un gran número de cosas, ya que sabemos que esa pequeña joya de oro vale mucho dinero.